miércoles, 4 de julio de 2018

Ganadería "Torrestrella". Medina Sidonia (Cádiz).




 Ganadería “Torrestrella”
inscrita en la “Unión de Criadores de Toros de Lidia. UCTL.




 Encaste: "Torrestrella".



 EL PROTOTIPO DEL ENCASTE
DE TORRESTRELLA


Los toros
de Torrestrella, creados por D. Álvaro Domecq, conservan muchas de las
características típicas de los vacunos derivados del tronco de Parladé, pero se
diferencian por ser más compactos y hondos en conjunto. Comparativamente con
los dos encastes que más influencia ha ejercido en su creación, los de Domecq y
Núñez, tienen más caja y la papada más desarrollada, siendo más prominente su
tercio anterior. Suelen ser mejor conformados de grupa y aparentan más trapío,
aunque también son más bastos de tipo.


El de Torrestrella es un
tipo de toro hondo, de perfiles cefálicos variados, predominando los rectos y
subcóncavos, mediolíneo de proporciones y eumétrico en atención a su peso
corporal. En general se trata de reses de buena alzada y desarrollo óseo.


Su cabeza es amplia,
ancha de sienes y de hocico, acompañada frecuentemente por pelos largos y
rizosos “foscos”. Generalmente están bien armados, con encornaduras de grosor
medio, bastante desarrollo longitudinal y que suelen dirigirse hacia arriba,
abundando los ejemplares bien armados, corniveletos, corniapretados y
cornidelanteros.


El cuello suele ser
largo, con morrillo destacado y redondeado, mientras que la papada resulta
bastante prominente “badanudos”.


El tronco aparece
bastante desarrollado, tanto longitudinal como transversalmente, destacando el
predominio del tercio anterior aunque la grupa también está bien conformada. La
línea dorso-lumbar es recta o ligeramente ensillada, el pecho ancho y la línea
ventral un poco prominente.


Las extremidades son de
longitud variable y más bien finas, mientras que la cola presenta un grosor
medio, es larga y abundantemente poblada en el borlón.


Las pintas son muy
variadas, destacando las negras, coloradas en todas sus variantes, desde el
melocotón hasta el retinto, castañas, tostadas y con menor frecuencia cárdena,
ensabanada y jabonera, pudiendo darse ocasionalmente algunas salineras, sardas
e incluso berrendas.


Estos pelajes pueden ir
acompañados por un gran número de accidentales, entre los que destaca la
presencia del burraco y salpicado, listón y chorreado, además del bragado y el
meano que son los más comunes en todos los encastes.


También son frecuentes el
entrepelado, el lavado, el albardado, el aldinegro, el bociblanco, el
bocidorado, el bocinegro, el ojo de perdiz, el ojinegro, el gargantillo, el
zarco, el girón, el carbonero y el lombardo. Asimismo se dan algunos capirotes,
mosqueados, luceros, calceteros, botineros y coliblancos.











 LAS VACAS DEL ENCASTE DE
TORRESTRELLA


Las
hembras derivadas de este encaste se sitúan por lo general un poco por encima
de la media de la raza de lidia en lo que a su tamaño se refiere. Son vacas
compactas, hondas y de buena conformación morfológica, que por lo común
presentan predominio de perfiles rectos y subcóncavos.


Su cabeza es alargada y
más bien estrecha de sienes. Los ojos se sitúan en una posición alta, son
grandes y de mirada tranquila. Presentan encornaduras bien desarrolladas, finas
en su base y a lo largo de todo su trayecto y que adoptan direcciones muy
variadas, predominando las bien armadas, cornidelanteras, acapachadas, veletas
y brochas. De igual manera son frecuentes las encornaduras bizcas.


El cuello es generalmente
largo y fuerte y la papada puede resultar más o menos prominente en función de
la influencia de alguna de las líneas que entran en la composición de este
encaste.


El tronco es amplío, la
línea dorso-lumbar bastante recta y la ventral adecuada al conjunto del
ejemplar. Su tercio posterior aparece bien desarrollado y las ubres alcanzan un
buen grado de desarrollo, dentro del conjunto de la raza.


Las extremidades son
finas, pero con aspecto de fortaleza y la cola es poblada de borlón, larga y un
poco gruesa, insertándose en una posición más bien alta.


En conjunto resultan
armónicas y bonitas, a pesar de su robustez, destacando por su variedad de
pelajes, que contribuyen a incrementar su vistosidad.











 EL COMPORTAMIENTO DEL
ENCASTE DE TORRESTRELLA


El toro de
“Torrestrella” ha sido en su concepción un producto de cruces bien definidos,
pero que necesitaban tiempo para consolidarse en sus proporciones adecuadas.
Por esta razón sus triunfos en las plazas de toros no se produjeron de forma
inmediata, sino que fueron necesarios años de trabajo para poder definir una
morfología y un comportamiento al gusto del ganadero.


D. Álvaro Domecq, creador
de este encaste, ha recibido en numerosas ocasiones el calificativo de
alquimista del toro bravo, habida cuenta de su pasión por investigar y
descubrir nuevas vías en el ámbito de la selección y la producción del vacuno
de lidia.


Guiado por su particular
intuición, el ganadero ha pretendido buscar en el encaste por él creado el
compendio de una serie de virtudes, que se concretan en lo morfológico por un
trapío excelente, una variada gama de pelajes y una sensación de fortaleza derivadas
de la mínima influencia vazqueña que aún conserva. En definitiva D. Álvaro
Domecq cuida el exterior de sus productos, busca armonía, solidez y huye de la
monotonía imponiendo como aspecto de atracción e interés por parte del público
la variedad de las pintas de sus toros.


En cuanto al
comportamiento de las reses en la plaza, la amalgama de cruces busca aunar
básicamente dos virtudes, la regularidad y el fondo de bravura del encaste
Domecq, junto a la embestida más larga y repetitiva característica de los
mejores prototipos derivados del encaste de Núñez. De esta forma ha buscado en
sus productos una mezcla equilibrada de transmisión, fijeza, alegría y nobleza,
cuatro cualidades fundamentales en el toro de lidia moderno.


Poco a poco el ganadero
fue consolidando su obra y obtuvo sus primeros triunfos importantes durante los
años sesenta, aunque los ejemplares de Torrestrella no alcanzaron
reconocimiento ni popularidad hasta la década siguiente, en que irrumpieron con
fuerza en las ferias más importantes y consolidaron su prestigio rápidamente.


En esa etapa los toros de
D. Álvaro Domecq sorprendían a los aficionados por su excelente nivel de casta,
de forma que no se trataba de toros fáciles, sino ejemplares a los que era
necesario dominar para poder sacarles partido una vez que se hubieran
entregado, algo que no estaba al alcance de todos los toreros, sino solamente
de los que disponían de mejor técnica y más valor.


Viendo que la ganadería
podía escapar a su control por ese exceso de temperamento y advirtiendo que las
figuras del toreo estaban a punto de volverle la espalda, el ganadero optó por
suavizar la vacada y buscar un tipo de ejemplar más dulce.


Invertir el proceso de
selección para volver a equilibrarlo trajo como consecuencia la aparición de un
nuevo problema, el de la falta de fuerza que, en mayor o menor medida, sigue
presente como una amenaza en la ganadería matriz y en cuantas derivan de este
encaste.


Desde entonces, la
ganadería de Torrestrella ha superado numerosos altibajos entre la suavidad y
el genio, que han puesto a prueba los conocimientos y la capacidad ganadera de D.
Álvaro Domecq, quien pese a todas las dificultades ha logrado siempre superar
las complicaciones de una ganadería tan peculiar como ésta y mantenerse siempre
en primera línea.


Durante todo este periodo
han sido muchos los ganaderos que han adquirido reproductores del hierro de
Torrestrella para mejorar sus respectivas divisas o para crear otras nuevas, y
los resultados que se aprecian, generalmente positivos, dan buena prueba de la
fijación de caracteres lograda por D. Álvaro Domecq en la ganadería.


No obstante, la
heterogeneidad de los orígenes que crearon el encaste de Torrestrella propicia
la variedad de comportamientos en los ejemplares de las ganaderías creadas a
partir de ésta. Así algunos ganaderos han optado por mantener un tipo de toro
suave en su selección, mientras otros se han decantado claramente por las
líneas más temperamentales y producen un ejemplar altamente encastado y que
pone a prueba a los toreros, como es el caso de la divisa de Cebada Gago.


Del libro
"Prototipos raciales del toro de lidia"  del Ministerio de Agricultura. “La Cabaña
Brava”.







 Historia:


Don
Salvador Suárez Ternero, con reses de Parladé, solicitó la prueba de acceso,
lidiando en las plazas de Córdoba, Sevilla, Cádiz, Valencia, Vista Alegre y
Madrid, siendo admitido. En 1954 fue vendida a don Álvaro Domecq Díez que la
anunció “Valcargado”. En 1956 adquirió machos y hembras de don Francisco Chica,
procedentes de Veragua e Ibarra, y así mismo hembras de don Carlos Núñez,
eliminando lo procedente de Suárez Ternero. En 1957 pasa a anunciar
“Torrestrella”. Actualmente tiene sangre de Curro Chica, Carlos Núñez y
“Jandilla”, teniendo un 3% de sangre de Veragua. 







 Capas: Muy diversas, siendo
característico el burraco. Se dan las negras, las coloradas en todas sus
variantes, castañas y tostadas. En menor medida se pueden dar cárdenas,
ensabanadas, jaboneras y berrendas.





 Señal oreja: Rasgada en
la izquierda. 




 Finca: "Los Alburejos" Medina Sidonia (Cádiz).




 Divisa: Azul y oro.




 Procedencia actual:
Torrestrella.








 Mayoral: D. Juan Cid de
la Corte.




 Antigüedad: 02/09/1951.




Torrestrella


  


Sigla: UJM.


Asociación: “Unión de
Criadores de Toros de Lidia” UCTL.


Localización: Medina
Sidonia (Cádiz).


Propietario:


Los
Alburejos, S.A.


A-396 km.1
(A-381 Salida 31)


Medina
Sidonia (Cádiz)


Telf. 956 30 43 12






Representante:


D. Álvaro
Domecq Díez


Urbanización
El Paquete, 1


Apartado
de Correos nº 84


11407
Jerez de La Frontera (Cádiz)


Telf. 956
31 47 47 - 956 30 56 85


Divisa: Azul y oro.


Señal oreja: Rasgada en
la izquierda.


Capas: Muy diversas, siendo
característico el burraco. Se dan las negras, las coloradas en todas sus
variantes, castañas y tostadas. En menor medida se pueden dar cárdenas,
ensabanadas, jaboneras y berrendas.


Finca: “Los Alburejos”
Medina Sidonia (Cádiz), Telf. 956 31 47 47, “Camila” Chiclana de La Frontera
(Cádiz).


Historia:


Don
Salvador Suárez Ternero, con reses de Parladé, solicitó la prueba de acceso,
lidiando en las plazas de Córdoba, Sevilla, Cádiz, Valencia, Vista Alegre y
Madrid, siendo admitido. En 1954 fue vendida a don Álvaro Domecq Díez que la
anunció “Valcargado”. En 1956 adquirió machos y hembras de don Francisco Chica,
procedentes de Veragua e Ibarra, y así mismo hembras de don Carlos Núñez,
eliminando lo procedente de Suárez Ternero. En 1957 pasa a anunciar
“Torrestrella”. Actualmente tiene sangre de Curro Chica, Carlos Núñez y
“Jandilla”, teniendo un 3% de sangre de Veragua.


Procedencia actual:
Torrestrella.


Mayoral: D. Juan Cid de
la Corte.


Antigüedad: 02/09/1951.