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sábado, 24 de febrero de 2024

Ganadería "Pinto y Gómez" Becerril de la Sierra (Madrid).


Ganadería "Pinto y Gómez" Colmenar Viejo (Madrid).

Historia: Fue fundada sobre 1820, en Colmenar Viejo, por D. Elías Gómez con parte de la de D. José López Briceño, con vacas de la tierra procedentes de casta Jijona. Al fallecimiento de D. Elías pasó a sus hijos, y en 1866 se dividió en dos partes, una para don Félix, y otra para los sobrinos. En 1894 murió D. Félix Gómez Llorente, heredando la vacada sus hijos, Aurea y Félix Gómez Pombo, correspondiendo el hierro y la divisa a este último. A la muerte de D. Félix, en 1904, se anunció la ganadería como Viuda e hijos de D. Félix Gómez. En 1916 se adquirió un semental de Gamero Cívico, antes Parladé, y en 1923 y 1931, dos toros del Conde de la Corte. Al fallecimiento de Dª Mercedes Ugalde Bañuelos, en 1959, se continuó anunciando la ganadería como Hijos de don Félix Gómez. En 1962 fue vendida la ganadería a D. Mariano Sanz Jiménez. En el 2023 vuelve a Colmenar Viejo al ser adquirida por Dehesa el Vallejo S.L., de la familia Pinto, descendientes directos de Aurea y Felisa Gómez Pombo, manteniendo hierro, señal y divisa, anunciándose como “Pinto y Gómez“, con animales de encaste Núñez procedentes de la ganadería El Retamar.

Hace ya algunos meses, el emblemático hierro de Félix Gómez, que en su día partió de Colmenar Viejo rumbo a tierras jiennenses, ha regresado a la dehesa madrileña de la mano del ganadero José Luis Pinto. Este, además de ser propietario de la ganadería de El Retamar, es criador de reata y, por razones de “interés personal y familiar”, como él mismo asegura, ha logrado recuperar el histórico hierro. Su vínculo familiar con Félix Gómez proviene de su parentesco con este célebre ganadero. Pero, antes de adentrarnos en la actualidad de este hierro, es necesario recordar la historia de la mítica ‘G’.

La historia de este hierro comienza a principios del siglo XIX, en 1820, cuando Elías Gómez fundó la ganadería en Colmenar Viejo, utilizando lo que entonces se conocían como “vacas de la tierra”, todas ellas procedentes de la Casta Jijona, una línea que lamentablemente ya ha desaparecido. A la muerte de Elías, la ganadería se dividió en dos partes. Una fue heredada por su hijo, Félix Gómez Llorente, quien continuó con el legado familiar, mientras que la otra parte, cuyo destino se pierde en el tiempo, pasó a manos de los sobrinos del fundador.

Fue a la muerte de Félix Gómez Llorente, en 1904, cuando sus herederos se hicieron cargo de la ganadería, realizando importantes variaciones tanto en la genética como en el nombre, que pasó a denominarse ‘Viuda e hijos de don Félix Gómez’. El hijo varón, Félix Gómez Pombo, heredó el hierro y la divisa, mientras que a sus hermanas, Felisa y Áurea Gómez Pombo, les correspondieron sendos lotes de vacas con los que lidió durante más de dos décadas, compartiendo el hierro.

Será en esta línea donde Félix, al quedarse con el tronco familiar, decidió incorporar nuevas sangres mediante sementales. En 1916, llegó uno de Gamero Cívico, seguido de otro de Conde de la Corte en 1923, y un tercer semental de la misma procedencia en 1931. Así, con esta genética se mantuvo la ganadería hasta que en 1962 fue vendida a Mariano Sanz Jiménez, quien trasladó los animales desde Colmenar Viejo hasta las tierras de Jaén.

D. José Luis Pinto-Marabotto Ruiz.


José Luis Pinto recuerda que, años atrás, intentó hacerse con el hierro, pero Mariano Sanz no estaba interesado en venderlo. “Fue tiempo después, cuando me enteré de su fallecimiento, que contacté con sus hijos. En ese momento sí mostraron más interés”, explica Pinto. Así, el hierro, que estuvo fuera de Colmenar durante más de 60 años, regresa este año a la familia de Félix Gómez, de la mano de José Luis Pinto, bisnieto de Felisa, una de las hijas de Félix Gómez Llorente.



La historia de la familia Pinto está marcada por su rama femenina, por lo que el apellido se mantuvo en el abuelo de José Luis, Felipe Pinto Gómez. “Por eso, precisamente, he elegido el nombre Pinto Gómez para lidiar con el hierro”, explica el ganadero con orgullo.



Una vez recuperado, Pinto ha decidido mantener intacta la sangre del hierro, por lo que ha añadido a la ganadería vacas preñadas procedentes de El Retamar, de encaste Núñez, sin alterar la genética original. Las crías de estas vacas serán las encargadas de llevar la ‘G’ en el invierno del próximo año, y así comenzará una nueva etapa de esta ganadería, que volverá a pastar en los mismos terrenos que la vieron nacer, ya que la finca que alberga a los nuevos animales es una de las propiedades heredadas por la familia Pinto: ‘Cerca Becerril’, que originalmente pertenecía a Félix Gómez, su tatarabuelo.



 

PINTO Y GÓMEZ 

Sigla: UIV.

Localización: Becerril de la Sierra (Madrid).

Propietario:

Dehesa El Vallejo, S.L.

Rafael Herrera, 9 - Esc. Dcha. - 1º Izda. A

28036 Madrid

Telf. 914 460 048

ganaderia@pintoygomez.com

Representante:

D. José Luis Pinto-Marabotto Ruiz

Salvadios, 10 - Chalet

28770 Colmenar Viejo (Madrid)

Telfo. 629 035 657 - 914 460 045              

Divisa: Azul turquí y blanca.

Hierro: Una “G”. Del apellido Gómez. La historia de este hierro comienza a principios del siglo XIX, en 1820, cuando Elías Gómez fundó la ganadería en Colmenar Viejo, utilizando lo que entonces se conocían como “vacas de la tierra”, todas ellas procedentes de la Casta Jijona, una línea que lamentablemente ya ha desaparecido. A la muerte de Elías, la ganadería se dividió en dos partes. Una fue heredada por su hijo, Félix Gómez Llorente, quien continuó con el legado familiar, mientras que la otra parte, cuyo destino se pierde en el tiempo, pasó a manos de los sobrinos del fundador.

Señal Oreja: Perendengue en ambas.

Finca: “Las Tejoneras” – Becerril de la Sierra, Madrid. “Vallejo Miguel” – Manzanares El Real, Madrid. “Los Hoyos” – Manzanares El Real,  Madrid.

Historia:              

Fue fundada sobre 1820, en Colmenar Viejo, por D. Elías Gómez con parte de la de D. José López Briceño, con vacas de la tierra procedentes de casta Jijona. Al fallecimiento de D. Elías pasó a sus hijos, y en 1866 se dividió en dos partes, una para don Félix, y otra para los sobrinos. En 1894 murió D. Félix Gómez Llorente, heredando la vacada sus hijos, Aurea y Félix Gómez Pombo, correspondiendo el hierro y la divisa a este último. A la muerte de D. Félix, en 1904, se anunció la ganadería como Viuda e hijos de D. Félix Gómez. En 1916 se adquirió un semental de Gamero Cívico, antes Parladé, y en 1923 y 1931, dos toros del Conde de la Corte. Al fallecimiento de Dª Mercedes Ugalde Bañuelos, en 1959, se continuó anunciando la ganadería como Hijos de don Félix Gómez. En 1962 fue vendida la ganadería a D. Mariano Sanz Jiménez. En el 2023 vuelve a Colmenar Viejo al ser adquirida por Dehesa el Vallejo S.L., de la familia Pinto, descendientes directos de Aurea y Felisa Gómez Pombo, manteniendo hierro, señal y divisa, anunciándose como “Pinto y Gómez“, con animales de encaste Núñez procedentes de la ganadería El Retamar.

Hace ya algunos meses, el emblemático hierro de Félix Gómez, que en su día partió de Colmenar Viejo rumbo a tierras jiennenses, ha regresado a la dehesa madrileña de la mano del ganadero José Luis Pinto. Este, además de ser propietario de la ganadería de El Retamar, es criador de reata y, por razones de “interés personal y familiar”, como él mismo asegura, ha logrado recuperar el histórico hierro. Su vínculo familiar con Félix Gómez proviene de su parentesco con este célebre ganadero. Pero, antes de adentrarnos en la actualidad de este hierro, es necesario recordar la historia de la mítica ‘G’.

La historia de este hierro comienza a principios del siglo XIX, en 1820, cuando Elías Gómez fundó la ganadería en Colmenar Viejo, utilizando lo que entonces se conocían como “vacas de la tierra”, todas ellas procedentes de la Casta Jijona, una línea que lamentablemente ya ha desaparecido. A la muerte de Elías, la ganadería se dividió en dos partes. Una fue heredada por su hijo, Félix Gómez Llorente, quien continuó con el legado familiar, mientras que la otra parte, cuyo destino se pierde en el tiempo, pasó a manos de los sobrinos del fundador.

Fue a la muerte de Félix Gómez Llorente, en 1904, cuando sus herederos se hicieron cargo de la ganadería, realizando importantes variaciones tanto en la genética como en el nombre, que pasó a denominarse ‘Viuda e hijos de don Félix Gómez’. El hijo varón, Félix Gómez Pombo, heredó el hierro y la divisa, mientras que a sus hermanas, Felisa y Áurea Gómez Pombo, les correspondieron sendos lotes de vacas con los que lidió durante más de dos décadas, compartiendo el hierro.

Será en esta línea donde Félix, al quedarse con el tronco familiar, decidió incorporar nuevas sangres mediante sementales. En 1916, llegó uno de Gamero Cívico, seguido de otro de Conde de la Corte en 1923, y un tercer semental de la misma procedencia en 1931. Así, con esta genética se mantuvo la ganadería hasta que en 1962 fue vendida a Mariano Sanz Jiménez, quien trasladó los animales desde Colmenar Viejo hasta las tierras de Jaén.

José Luis Pinto recuerda que, años atrás, intentó hacerse con el hierro, pero Mariano Sanz no estaba interesado en venderlo. “Fue tiempo después, cuando me enteré de su fallecimiento, que contacté con sus hijos. En ese momento sí mostraron más interés”, explica Pinto. Así, el hierro, que estuvo fuera de Colmenar durante más de 60 años, regresa este año a la familia de Félix Gómez, de la mano de José Luis Pinto, bisnieto de Felisa, una de las hijas de Félix Gómez Llorente.

La historia de la familia Pinto está marcada por su rama femenina, por lo que el apellido se mantuvo en el abuelo de José Luis, Felipe Pinto Gómez. “Por eso, precisamente, he elegido el nombre Pinto Gómez para lidiar con el hierro”, explica el ganadero con orgullo.

Una vez recuperado, Pinto ha decidido mantener intacta la sangre del hierro, por lo que ha añadido a la ganadería vacas preñadas procedentes de El Retamar, de encaste Núñez, sin alterar la genética original. Las crías de estas vacas serán las encargadas de llevar la ‘G’ en el invierno del próximo año, y así comenzará una nueva etapa de esta ganadería, que volverá a pastar en los mismos terrenos que la vieron nacer, ya que la finca que alberga a los nuevos animales es una de las propiedades heredadas por la familia Pinto: ‘Cerca Becerril’, que originalmente pertenecía a Félix Gómez, su tatarabuelo.

Procedencia: D. Luis Gamero Cívico y algo de casta Jijona y actualmente procedencia de Carlos Núñez, línea Rincón.

Mayoral: D. Francisco Plazas Serrano. D. Matías Cruz Borrego.

Antigüedad: 03/10/1831