jueves, 22 de mayo de 2025

"Ecos de La Misericordia"

"Ecos de La Misericordia"


Antiguas taquillas.


Mosaico Puerta Grande.

Placas conmemorativas a los toros celebres de cada feria.

D. Ramón de Pignatelli y Moncayo.


De faenas legendarias a memoria viva, la plaza zaragozana honra siglos de tauromaquia, arte y tradición bajo el eco inmortal de sus clarines.


Entrada Capilla Coso de La Misericordia.

En el corazón de Zaragoza, donde la piedra y el arte se funden con la pasión, se alza desde 1764 un coliseo singular: la Plaza de Toros de La Misericordia. Nacida por la voluntad visionaria de Ramón Pignatelli para financiar el hospital homónimo, esta plaza no solo acogió a toros y toreros, sino también siglos de historia y cultura.


Capilla Coso de La Misericordia.



Salida de la Puerta Grande. Con la figura de Goya presente.

La plaza, erigida en apenas 70 días, fue en sus orígenes una estructura de madera que rápidamente se convirtió en símbolo de la ciudad. En 1916, un profundo cambio arquitectónico le confirió su actual estilo neomudéjar, una joya que más tarde, en 1990, se coronaría con la primera cubierta móvil instalada sobre un ruedo en España.


Pero esta historia no solo se cuenta en ladrillos y carteles. Bajo sus gradas, entre pasillos de piedra y luz tamizada, el Museo Taurino y el Centro de Interpretación de la Tauromaquia narran la historia de la fiesta brava desde sus raíces más primitivas. Desde grabados de Goya hasta vestidos goyescos y trajes de luces que huelen a gloria y arena.


Uno de esos trajes, color purísima y oro, perteneció al legendario Nicanor Villalta, el “coloso de Cretas”, rey del volapié y figura reverenciada que conquistó Las Ventas con 52 orejas y 3 rabos. Su atuendo, donado por la Casa de Aragón en Madrid, descansa hoy entre vitrinas, como testimonio de un arte que fue ceremonia, valentía y entrega. La emoción de su historia se funde con la devoción de quienes visitan su rincón, bajo la capilla transformada en sala de memoria.


Cada visita guiada a la plaza es un viaje en el tiempo. Desde la taquilla, pasando por el mosaico de Pignatelli, la enfermería, las cuevas museo y los grabados de Goya, hasta los ecos de Hemingway y Ava Gardner, que también fueron cautivados por este coso inmortal.


En 2014, con motivo del 250 aniversario de su fundación, La Misericordia dio un paso más en su misión cultural: inauguró su Centro de Interpretación. Cinco salas trazan el vínculo milenario entre el toro y el hombre, desde la mitología hasta los tercios del toreo, desde Pamplona en 1387 hasta la Zaragoza contemporánea


La plaza ya no es solo un espacio de faenas, sino un refugio de memoria y arte. En sus muros resuenan aún los clarines de goyescas históricas como la de 1927, donde el ruedo se llenó de trajes del siglo XVIII en honor a Goya. Y es que esta plaza, más que una construcción, es un latido perpetuo de la identidad aragonesa.


Hoy, La Misericordia no solo honra al toro, sino también a la historia, a los artistas que la cruzaron y al pueblo que la hizo eterna.


De faenas legendarias a memoria viva, la plaza zaragozana honra siglos de tauromaquia, arte y tradición bajo el eco inmortal de sus clarines.

Queremos dar las gracias a la Diputación Provincial de Zaragoza por cuidar y mantener viva la Plaza de Toros de La Misericordia durante tantos años. Gracias a su esfuerzo, este lugar sigue siendo un símbolo de nuestra historia y cultura.


Y un agradecimiento muy especial a Miguel Ángel, nuestro guía, por su pasión, sus conocimientos y por hacernos vivir cada rincón de la plaza con emoción y cercanía.


"Ecos de La Misericordia"

De faenas legendarias a memoria viva, la plaza zaragozana honra siglos de tauromaquia, arte y tradición bajo el eco inmortal de sus clarines.

En el corazón de Zaragoza, donde la piedra y el arte se funden con la pasión, se alza desde 1764 un coliseo singular: la Plaza de Toros de La Misericordia. Nacida por la voluntad visionaria de Ramón Pignatelli para financiar el hospital homónimo, esta plaza no solo acogió a toros y toreros, sino también siglos de historia y cultura.

La plaza, erigida en apenas 70 días, fue en sus orígenes una estructura de madera que rápidamente se convirtió en símbolo de la ciudad. En 1916, un profundo cambio arquitectónico le confirió su actual estilo neomudéjar, una joya que más tarde, en 1990, se coronaría con la primera cubierta móvil instalada sobre un ruedo en España.

Pero esta historia no solo se cuenta en ladrillos y carteles. Bajo sus gradas, entre pasillos de piedra y luz tamizada, el Museo Taurino y el Centro de Interpretación de la Tauromaquia narran la historia de la fiesta brava desde sus raíces más primitivas. Desde grabados de Goya hasta vestidos goyescos y trajes de luces que huelen a gloria y arena.

Uno de esos trajes, color purísima y oro, perteneció al legendario Nicanor Villalta, el “coloso de Cretas”, rey del volapié y figura reverenciada que conquistó Las Ventas con 52 orejas y 3 rabos. Su atuendo, donado por la Casa de Aragón en Madrid, descansa hoy entre vitrinas, como testimonio de un arte que fue ceremonia, valentía y entrega. La emoción de su historia se funde con la devoción de quienes visitan su rincón, bajo la capilla transformada en sala de memoria.

Cada visita guiada a la plaza es un viaje en el tiempo. Desde la taquilla, pasando por el mosaico de Pignatelli, la enfermería, las cuevas museo y los grabados de Goya, hasta los ecos de Hemingway y Ava Gardner, que también fueron cautivados por este coso inmortal.

En 2014, con motivo del 250 aniversario de su fundación, La Misericordia dio un paso más en su misión cultural: inauguró su Centro de Interpretación. Cinco salas trazan el vínculo milenario entre el toro y el hombre, desde la mitología hasta los tercios del toreo, desde Pamplona en 1387 hasta la Zaragoza contemporánea

La plaza ya no es solo un espacio de faenas, sino un refugio de memoria y arte. En sus muros resuenan aún los clarines de goyescas históricas como la de 1927, donde el ruedo se llenó de trajes del siglo XVIII en honor a Goya. Y es que esta plaza, más que una construcción, es un latido perpetuo de la identidad aragonesa.

Queremos dar las gracias a la Diputación Provincial de Zaragoza por cuidar y mantener viva la Plaza de Toros de La Misericordia durante tantos años. Gracias a su esfuerzo, este lugar sigue siendo un símbolo de nuestra historia y cultura.

Y un agradecimiento muy especial a Miguel Ángel, nuestro guía, por su pasión, sus conocimientos y por hacernos vivir cada rincón de la plaza con emoción y cercanía.

Hoy, La Misericordia no solo honra al toro, sino también a la historia, a los artistas que la cruzaron y al pueblo que la hizo eterna.

lunes, 19 de mayo de 2025

Ganadería "Toros de Cortés" Guadalix de La Sierra (Madrid).

 

Toros de Cortés: Tradición, Sangre y Bravura en el Corazón de Madrid


En el paisaje bravo de la sierra madrileña, entre encinas y pastos de altura, se erige una de las ganaderías más respetadas y singulares del campo español: Toros de Cortés. Fundada en 1997 por Ricardo del Río González, esta ganadería nace como una escisión natural del legado de su padre, Victoriano del Río Cortés, uno de los nombres fundamentales en la tauromaquia contemporánea.


Origen y Fundación

Amparada en el artículo 5 bis b) de los Estatutos de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), Toros de Cortés surge con el objetivo de consolidar una nueva línea de sangre sobre una base genética de extraordinaria calidad. Su inscripción oficial en el registro ganadero llegaría una década más tarde, el 6 de mayo de 2007, formalizando así un hierro que ya se había ganado el respeto en las plazas.


La ganadería mantiene su sede en la finca ‘Cacunanes’, ubicada en Guadalix de la Sierra (Madrid), donde los toros pastan en libertad bajo el cuidado atento del mayoral Juan Iglesias Mejías. La divisa que ondea sobre sus astados es pajiza y encarnada, y la señal en ambas orejas es la característica horquilla, marca inequívoca del hierro.


Encastes y Procedencias

El alma de Toros de Cortés está anclada en la línea Atanasio-Lisardo, encaste que aporta a sus animales movilidad, nobleza y una fiereza medida que permite lidias vibrantes. No obstante, esta base ha sido enriquecida con sangres de Juan Pedro DomecqJandilla, e incluso reses provenientes de Luis AlgarraEl Torreón y Toros de El Torero, reforzando la diversidad comportamental del ganado.


Un hito importante en su desarrollo fue la adquisición en el año 2000 de un lote de reses de Los Bayones, también de origen Atanasio Fernández-Lisardo Sánchez, lo que consolidó definitivamente la personalidad genética del hierro.


Presencia en Plazas y Reconocimientos

Toros de Cortés ha sido protagonista en algunas de las ferias más prestigiosas del país, destacando su presencia habitual en la Feria de San Isidro, en Las Ventas (Madrid). En la edición de 2024, su toro “Maleado” abrió la sexta corrida del abono, en una tarde que contó con figuras del toreo como Sebastián CastellaJosé María Manzanares y Tomás Rufo.


La ganadería también ha participado en otras plazas de relevancia, como la de Barbastro en 2023, contribuyendo a eventos de intercambio ganadero, en este caso junto a la francesa Camino Santiago, en una muestra de colaboración entre casas de prestigio.

Valor y Proyección

A pesar de ser una ganadería relativamente joven en términos oficiales, Toros de Cortés ha sido reconocida por su papel en el enriquecimiento del panorama taurino. En 2025, su hierro hermano, Juan Pedro Domecq, fue galardonado con el Premio Veragua, reflejo del impacto que este linaje ha tenido en la evolución del toreo moderno.

Toros de Cortés no es solo una marca de toros bravos. Es la expresión de una evolución ganadera comprometida con la pureza, la casta y el espectáculo. Desde el campo hasta la arena, su historia es un tributo a la tradición que sigue galopando firme hacia el futuro.


Toros de Cortés: Tradición, Sangre y Bravura en el Corazón de Madrid

En el paisaje bravo de la sierra madrileña, entre encinas y pastos de altura, se erige una de las ganaderías más respetadas y singulares del campo español: Toros de Cortés. Fundada en 1997 por Ricardo del Río González, esta ganadería nace como una escisión natural del legado de su padre, Victoriano del Río Cortés, uno de los nombres fundamentales en la tauromaquia contemporánea.

Origen y Fundación

Amparada en el artículo 5 bis b) de los Estatutos de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), Toros de Cortés surge con el objetivo de consolidar una nueva línea de sangre sobre una base genética de extraordinaria calidad. Su inscripción oficial en el registro ganadero llegaría una década más tarde, el 6 de mayo de 2007, formalizando así un hierro que ya se había ganado el respeto en las plazas.

La ganadería mantiene su sede en la finca ‘Cacunanes’, ubicada en Guadalix de la Sierra (Madrid), donde los toros pastan en libertad bajo el cuidado atento del mayoral Juan Iglesias Mejías. La divisa que ondea sobre sus astados es pajiza y encarnada, y la señal en ambas orejas es la característica horquilla, marca inequívoca del hierro.

Encastes y Procedencias

El alma de Toros de Cortés está anclada en la línea Atanasio-Lisardo, encaste que aporta a sus animales movilidad, nobleza y una fiereza medida que permite lidias vibrantes. No obstante, esta base ha sido enriquecida con sangres de Juan Pedro DomecqJandilla, e incluso reses provenientes de Luis AlgarraEl Torreón y Toros de El Torero, reforzando la diversidad comportamental del ganado.

Un hito importante en su desarrollo fue la adquisición en el año 2000 de un lote de reses de Los Bayones, también de origen Atanasio Fernández-Lisardo Sánchez, lo que consolidó definitivamente la personalidad genética del hierro.

 Presencia en Plazas y Reconocimientos

Toros de Cortés ha sido protagonista en algunas de las ferias más prestigiosas del país, destacando su presencia habitual en la Feria de San Isidro, en Las Ventas (Madrid). En la edición de 2024, su toro “Maleado” abrió la sexta corrida del abono, en una tarde que contó con figuras del toreo como Sebastián CastellaJosé María Manzanares y Tomás Rufo.

La ganadería también ha participado en otras plazas de relevancia, como la de Barbastro en 2023, contribuyendo a eventos de intercambio ganadero, en este caso junto a la francesa Camino Santiago, en una muestra de colaboración entre casas de prestigio.

 Valor y Proyección

A pesar de ser una ganadería relativamente joven en términos oficiales, Toros de Cortés ha sido reconocida por su papel en el enriquecimiento del panorama taurino. En 2025, su hierro hermano, Juan Pedro Domecq, fue galardonado con el Premio Veragua, reflejo del impacto que este linaje ha tenido en la evolución del toreo moderno.

 Datos de Contacto

Propietario: Ricardo del Río González

Dirección: Eusebio Guadalix, nº 49, 28792 Miraflores de la Sierra (Madrid)

Finca: ‘Cacunanes’, 28794 Guadalix de la Sierra (Madrid)

Teléfono: 91 345 77 77 609 272 650

Toros de Cortés no es solo una marca de toros bravos. Es la expresión de una evolución ganadera comprometida con la pureza, la casta y el espectáculo. Desde el campo hasta la arena, su historia es un tributo a la tradición que sigue galopando firme hacia el futuro.

 

martes, 6 de mayo de 2025

Ganadería "Manuela Patón Selas" Villamanrique (Ciudad Real)


Ganadería "Manuela Patón Selas" Villamanrique (Ciudad Real)

La ganadería de Manuela Patón: El legado bravo que florece en Villamanrique


En las tierras austeras y sinceras de Villamanrique, en la provincia de Ciudad Real, resiste y crece con solidez una ganadería que combina tradición, bravura y pasión: la de Manuela Patón. Un hierro poco conocido para el gran público, pero con un tesoro genético que hunde sus raíces en lo más selecto del encaste Domecq y cuya historia está marcada por el esfuerzo silencioso de una familia y una amistad torera que fue decisiva en sus momentos más críticos.


Un hierro con historia y herencia

La historia de esta vacada se remonta al año 2014, cuando el matador Morante de la Puebla, gran aficionado y criador de bravo, vendió un lote de reses procedentes de la ganadería salmantina de La Campana a la familia Patón. Aquel lote incluía vacas y sementales que Morante había adquirido unos años antes de manos de José Sánchez Benito, ganadero salmantino, suegro de Antonio Barrera y apoderado durante dos temporadas del propio diestro de La Puebla del Río.


Sánchez Benito había formado La Campana en 1999, tras eliminar el ganado anterior y componerla con reses de El Ventorrillo, más tarde enriquecidas con vacas y machos de Santiago DomecqNúñez del Cuvillo y tres sementales de Luis Algarra. Una mezcla genética de primer orden que acabaría recalando, años después, en Ciudad Real.


Antiguo hierro de la ganadería "José Patón".

A esa base fundamental, Manuela y José Manuel Patón, al frente del proyecto familiar, sumaron su experiencia previa: en 1994 ya contaban con una punta de vacas de Santiago Domecq. Más tarde, Morante les proporcionó también un semental ensabanado de Núñez del Cuvillo. Así se consolidó la simiente inicial de esta vacada, que pastorea hoy en la finca ‘Sierra San Cristóbal’(Ciudad Real) con el apoyo de otras explotaciones como “El Campillo” (Jaén).


Plaza de tientas. Villamanrique (Ciudad Real).


Cría selectiva y nuevas aportaciones

En los últimos años, los Patón han continuado perfeccionando su ganadería con una selección rigurosa y la introducción de nuevas líneas. Entre las incorporaciones más recientes destaca la de varios sementales de El Parralejo, ganadería que ha ganado prestigio por la chispa, casta y empuje de sus animales. “Les hacía falta algo de motor”, explica José Manuel Patón, que reconoce en este cruce una apuesta por equilibrar nobleza y transmisión.


Actualmente, la ganadería cuenta con unas 140 vacas de vientre y varios sementales, bajo una filosofía clara: crecer en calidad, no en cantidad. “El mercado está complicado y si tienes más oferta que demanda, te acabas comiendo los animales”, reconoce Patón. Por eso, el objetivo es mantener una producción comedida: dos corridas de toros, dos novilladas picadas y una sin caballos al año.



Miguel Ángel Pastelito y José Manuel Patón.

El papel decisivo de Román

La historia de esta ganadería no puede contarse sin mencionar a un torero que ha sido más que eso para la casa: Román. El espada valenciano fue un auténtico salvavidas durante los años más duros, especialmente durante la pandemia. “Si no fuera por él, no sé si estaríamos vivos”, confiesa el ganadero. En 2021 y 2022, Román lidió dos corridas de la casa, cuando nadie más apostaba por ellos. Su entrega y amistad supusieron un punto de inflexión para esta vacada que hoy le guarda un profundo agradecimiento.



Antiguo hierro de la ganadería "Patón".

Un hierro que se hace hueco

Hoy, el hierro de Manuela Patón, con su característica divisa blanca y roja y la señal de zarcillo en la oreja derecha y horquilla en la izquierda, vive su mejor momento. Todo el ganado previsto para la temporada fue vendido en el mes de noviembre, un indicador claro del interés creciente por los productos de esta casa. En palabras de su ganadero, “nos estamos curtiendo en las novilladas, porque sabemos que el crecimiento pasa por abrir líneas y seleccionar desde abajo”.


Antiguo hierro de la ganadería "Patón Selas"

Lejos de los grandes focos, en un rincón de la provincia de Ciudad Real, esta familia sigue luchando por hacer del toro bravo su forma de vida. Una historia de pasión heredada, constancia y fe en el campo, que encuentra en cada embestida de sus animales la recompensa de tantos años de trabajo silencioso.


Rincon del salón de la ganadería Manuela Patón Selas.






D. José Manuel Patón.

"Gracias por abrirme las puertas de vuestra casa y compartir con generosidad el alma de vuestra ganadería."


La ganadería de Manuela Patón: El legado bravo que florece en Villamanrique

En las tierras austeras y sinceras de Villamanrique, en la provincia de Ciudad Real, resiste y crece con solidez una ganadería que combina tradición, bravura y pasión: la de Manuela Patón. Un hierro poco conocido para el gran público, pero con un tesoro genético que hunde sus raíces en lo más selecto del encaste Domecq y cuya historia está marcada por el esfuerzo silencioso de una familia y una amistad torera que fue decisiva en sus momentos más críticos.

Un hierro con historia y herencia

La historia de esta vacada se remonta al año 2014, cuando el matador Morante de la Puebla, gran aficionado y criador de bravo, vendió un lote de reses procedentes de la ganadería salmantina de La Campana a la familia Patón. Aquel lote incluía vacas y sementales que Morante había adquirido unos años antes de manos de José Sánchez Benito, ganadero salmantino, suegro de Antonio Barrera y apoderado durante dos temporadas del propio diestro de La Puebla del Río.

Sánchez Benito había formado La Campana en 1999, tras eliminar el ganado anterior y componerla con reses de El Ventorrillo, más tarde enriquecidas con vacas y machos de Santiago DomecqNúñez del Cuvillo y tres sementales de Luis Algarra. Una mezcla genética de primer orden que acabaría recalando, años después, en Ciudad Real.

A esa base fundamental, Manuela y José Manuel Patón, al frente del proyecto familiar, sumaron su experiencia previa: en 1994 ya contaban con una punta de vacas de Santiago Domecq. Más tarde, Morante les proporcionó también un semental ensabanado de Núñez del Cuvillo. Así se consolidó la simiente inicial de esta vacada, que pastorea hoy en la finca ‘Sierra San Cristóbal’ (Ciudad Real) con el apoyo de otras explotaciones como  “El Campillo” (Jaén).

Cría selectiva y nuevas aportaciones

En los últimos años, los Patón han continuado perfeccionando su ganadería con una selección rigurosa y la introducción de nuevas líneas. Entre las incorporaciones más recientes destaca la de varios sementales de El Parralejo, ganadería que ha ganado prestigio por la chispa, casta y empuje de sus animales. “Les hacía falta algo de motor”, explica José Manuel Patón, que reconoce en este cruce una apuesta por equilibrar nobleza y transmisión.

Actualmente, la ganadería cuenta con unas 140 vacas de vientre y varios sementales, bajo una filosofía clara: crecer en calidad, no en cantidad. “El mercado está complicado y si tienes más oferta que demanda, te acabas comiendo los animales”, reconoce Patón. Por eso, el objetivo es mantener una producción comedida: dos corridas de toros, dos novilladas picadas y una sin caballos al año.

El papel decisivo de Román

La historia de esta ganadería no puede contarse sin mencionar a un torero que ha sido más que eso para la casa: Román. El espada valenciano fue un auténtico salvavidas durante los años más duros, especialmente durante la pandemia. “Si no fuera por él, no sé si estaríamos vivos”, confiesa el ganadero. En 2021 y 2022, Román lidió dos corridas de la casa, cuando nadie más apostaba por ellos. Su entrega y amistad supusieron un punto de inflexión para esta vacada que hoy le guarda un profundo agradecimiento.

Un hierro que se hace hueco

Hoy, el hierro de Manuela Patón, con su característica divisa blanca y roja y la señal de zarcillo en la oreja derecha y horquilla en la izquierda, vive su mejor momento. Todo el ganado previsto para la temporada fue vendido en el mes de noviembre, un indicador claro del interés creciente por los productos de esta casa. En palabras de su ganadero, “nos estamos curtiendo en las novilladas, porque sabemos que el crecimiento pasa por abrir líneas y seleccionar desde abajo”.

Lejos de los grandes focos, en un rincón de la provincia de Ciudad Real, esta familia sigue luchando por hacer del toro bravo su forma de vida. Una historia de pasión heredada, constancia y fe en el campo, que encuentra en cada embestida de sus animales la recompensa de tantos años de trabajo silencioso.